¿Quién quiere perdonar cuando ha sido herido por la otra persona? Nadie! Es ilógico!, me dirás, si fue él quien lo hizo, pues que
venga y me pida perdón!! Cuando era una adolescente, un familiar muy
cercano se enamoró de un hombre
a quien yo odiaba con todo mi corazón porque se
estaba aprovechando de ella. Ya yo venía
del divorcio de mis padres, y esto era otro problema más, no lo quería cerca,
es más cuando lo veía le decía toda clase de insultos que se me ocurrían.
Eso quedó allí en el pasado, finalmente se terminó esa relación amorosa pero quedó vivo ese pecado en mí, yo no tenía
paz, pasaron 6 largos años, y cada vez recordaba
que no le había pedido perdón a ese hombre por lo que yo le había dicho.
Comencé a orar para que Dios me permitiera encontrarlo, ya yo me había
mudado de ciudad, y en una ocasión entré a una librería de mi antigua ciudad y
allí estaba él trabajando. Al día
siguiente regresé armándome de valor, y le dije que me perdonara. Él aceptó y
también me pidió perdón. Sentí como si
una pesada carga se quitara de mi espalda, es algo tan liberador que no sé cómo
explicarlo.
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En el Padre Nuestro decimos: Perdona lo que hemos hecho mal así como
nosotros perdonamos a los que nos han hecho mal. Es decir, perdonamos nosotros a los demás que
nos han hecho daño y el Padre Nuestro nos perdona. Nada fácil!! Es difícil pero no imposible, con
la ayuda de Dios lo puedes lograr, hazlo no tanto por la otra persona que te
ofendió o que tú ofendiste, hazlo por ti para ser liberado de esa carga, porque
dar el perdón te hace libre.
Por Mery Bracho
Perdónanos el mal que hemos hecho,
así como nosotros hemos perdonado a los que nos han hecho mal. Mateo 6:12.
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