¿Cómo saber cuán lejos puedo ir en una situación?
Cuando era adolescente me gustaba mucho jugar con mis amigos con una pequeña pelota dentro del agua en la playa. Era ese tiempo que no me preocupaba nada, no le tenía miedo a nada. En algunas ocasiones la pelota se iba más lejos de donde yo estaba pero iba nadando y la traía de vuelta.
Cierta vez, siendo yo la que estaba en lo más lejano de la playa, mis pies tocaban la arena abajo y eso me daba seguridad, allí estaba bien. Me lanzaron la pelota, salté e intenté atraparla pero no fue posible y cayó al agua. Fui por ella nadando porque ya allí no había tierra bajo mis pies, y cuando la tomé intenté regresar nadando pero la fuerza del mar me atraía al fondo, las pequeñas olas no me dejaban regresar como quería y por primera vez sentí miedo.
Luché con todas mis fuerzas manteniendo mis brazos en movimiento contra la corriente y logré salir. Nadie se dio cuenta, ellos solo esperaban la pelota, yo esperaba tener vida. Estaba tan asustada que no seguí jugando.
Tal vez estás disfrutando de buenos amigos, de momentos de diversión con ellos, sientes que tienes el control de ese momento, todo va bien, demuestras que eres capaz de hacer esto o aquello pero llega el punto cuando se pondrá a prueba la resistencia que tienes, has ido tal vez muy lejos con alguna cosa, has probado droga o has ido muy lejos con las caricias con esa persona que te gusta, será como mi nado contra la corriente el querer volver a ser el mismo, el luchar contra tus deseos y tener dominio propio, puede que lo logres o puede que te hundas en eso si no tienes la fuerza necesaria que Dios da.
Hay un proverbio que dice “Confía en el Señor totalmente, no en tu propia sabiduría. Ten en cuenta a Dios en todo lo que hagas, y él te ayudará a vivir rectamente”. No te acerques tanto al peligro confiando que nunca te pasará nada. Es mejor mantenerse en tierra firme, en el camino recto, haciendo lo correcto. Por Mery Bracho
